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Los Wild Cards NFL, una mezcla cada vez más aguada – Café Lombardi

Los Wild Cards NFL, una mezcla cada vez más aguada – Café Lombardi
Patrick Mahomes, QB de los Kansas City Chiefs

Los playoffs de la NFL nacieron por una casualidad. Cuando se creó la liga, el campeón era el equipo que mejor porcentaje de victorias y derrotas sin contar los empates. En 1932 los Chicago Bears y los Portsmouth Spartans (actuales Detroit Lions) terminaron la temporada regular empatados 6-1-6 y 6-1-4 respectivamente, incluso los duelos entre ellos acabaron en sendos empates.

Por ello, Joe Carr, entonces Comisionado de la NFL, tomó la decisión de que ambos equipos jugaran un partido de desempate para decidir el campeón, partido que se consideró un partido más de la temporada regular. Los Bears ganaron 9-0 y se proclamaron campeones, mientras que los Spartans bajaron hasta el tercer lugar en la clasificación al bajar a un peor porcentaje que el segundo clasificado, los Green Bay Packers.

El partido fue un enorme éxito entre el público y de seguimiento por parte de la prensa, en unos tiempos en que el football profesional apenas despertaba atención frente al todopoderoso football universitario. Tanto así, que en la siguiente reunión de propietarios se propuso cambiar el formato de competición.

Desde entonces, la NFL decide su campeón por un sistema de playoffs tras jugarse la temporada regular. El partido fue bautizado como el NFL Championship Game, que tras la fusión AFL-NFL fue reemplazado por Super Bowl. El formato de playoffs se ha ido ampliando con los años: en un primer momento, solamente jugaban los campeones de divisiones. Con las sucesivas expansiones de equipos, empezaron a entrar los campeones cada división dentro de las conferencias. Finalmente, empezaron a entrar los llamados comodines, equipos que no ganaban su división, pero que eran invitados a entrar en la post temporada, recibían lo que se llamó un Wild Card (tarjeta de invitación).

Las denominaciones de las rondas Divisional y de Comodines se mantienen por una cuestión histórica. En la actual ronda de comodines de la NFL juegan tanto campeones de división como aquellos equipos con mejor récord. A la Ronda Divisional hoy en día solo pasa directamente el equipo que termina con mejor registro de cada conferencia.

La ampliación de los Playoffs de la NFL

En 2020 la NFL tomó la decisión de aumentar los equipos que pasan a la postemporada a uno por conferencia, pasando de seis a siete, lo que supone que el 43,75% de equipos optan al trofeo Vince Lombardi tras la campaña regular. Tras varios años escuchando reclamaciones sobre equipos que entraron con récords pobres, incluso negativos, quedando fuera equipos con mejores registros, la NFL pensó que la mejor solución era ampliar el formato.

Esta, por supuesto, es la explicación oficial, porque la real es que la NFL, sedienta de ganar más dinero en tiempos inciertos, y en plena negociación de los contratos de las televisoras, amplió el formato para que aquellas paguen aún más dinero por el extra de partidos.

Así de simple, más partidos supone más dinero por derechos de emisión, aunque ello sea a costa de ofrecer un producto muy mediocre, como el que hemos visto en los dos años que lleva en vigor el nuevo formato.

La NFL sabe que el público está ávido de ver football, y que las audiencias son inmejorables (aunque cada vez se acerquen más a un punto de saturación). En lugar de cuidar el producto por un principio de mayor escasez y mayor calidad, decidieron que dar más partidos es la solución. En resumen, la NFL está “echándole agua al vino”. Esta liga, en un lógico acto de voracidad, optó por esto tras ampliar la temporada regular en una semana.

Si decimos que Judas vendió a Jesucristo por doce monedas de plata, podemos decir igualmente que la NFL decidió venderse a las televisoras por dieciocho partidos.

¿Ronda de comodines o ronda de humillaciones?

La ronda de Wild Cards nos ha dejado cuatro partidos decididos por 30, 23, 21 y 16 puntos: eso es, como mínimo, más de dos touchdowns por partido, lo que nos habla de la tremenda desigualdad que hubo. Al entrar en el detalle, muchos de esos marcadores quedaron maquillados en tiempo basura, pero en el campo, la superioridad del ganador fue mucho mayor que lo que dice cada marcador.

Desde que se amplió el formato, los equipo que recibe el séptimo sembrado, el último de cada conferencia, están 0-4. Y lo que es peor aún, los dos equipos número siete no fueron, ni siquiera, mínimamente competitivos, los Steelers por la AFC y los Eagles por la NFC no pasaron de ser meros sparrings para Chiefs y Buccaneers, respectivamente.

Una liga que vende la igualdad y la paridad por bandera, y que se jacta que un porcentaje elevado de los partidos de la temporada regular se deciden por menos de un touchdown, no debería ofrecer seis partidos a matar o morir de sábado a lunes donde las segundas partes sobraron en al menos cuatro partidos, y donde el equipo ganador se finalizó paseando en el campo y consumiendo tiempo ante la inoperancia y falta de calidad del rival.

Es cierto que la ronda de Comodines ha sido escenario habitual de malos encuentros o partidos muy desequilibrados (al final, como una carta de naipe o una moneda, tiene dos caras), pero lo que llevamos viendo como aficionados en el último par de años, y especialmente este –con el agravante de que los equipos han jugado un partido extra de temporada regular–, no tiene justificación alguna.

Bueno, sí la tiene, las televisoras pagan mucho dinero por ofrecer más espacios para este producto tan mediocre y nosotros, los aficionados, estamos tan sedientos de ver NFL, que nos empezamos  a conformar con cualquier cosa, por mediocre o mala que esta pueda ser, con tal de que sea nuestro equipo el que pueda jugar esos partidos y no el otro, aún al precio de una salida por humillación.

Al final, las emisoras de televisión estarán contentas por las audiencias, y los aficionados también. Por el mismo precio (aparente) les ponen más partidos, aunque sean tan desiguales y soporíferos como el Steelers vs Chiefs, o peor, el de Cardinals vs Rams donde los comentaristas se pasaron más tiempo hablando de los famosos que asistieron al SoFi Stadium, o que coordinadores defensivos podrían ser futuros entrenadores en jefe, porque en el emparrillado no pasó absolutamente nada reseñable.